El glaucoma es una condición ocular que afecta el nervio óptico, ocasionando daño y pérdida gradual de la visión. Por lo general, se relaciona con una elevada presión dentro del ojo, la cual comprime el nervio. Si no se trata, puede desencadenar ceguera permanente.
Por ello, identificarlo en etapas tempranas y recibir el tratamiento adecuado son fundamentales para preservar la vista. Realizar revisiones visuales con regularidad es importante para detectar el glaucoma a tiempo y evitar complicaciones.
¿Cómo saber si tengo glaucoma?
El glaucoma no da síntomas hasta estadios de la enfermedad avanzada, pero hay excepciones a esto como por ejemplo el Glaucoma Agudo que si dan síntomas bastantes agudos.
Este tipo de glaucoma se caracteriza por un dolor ocular intenso y enrojecimiento
ocular y disminución de la agudeza visual. Otros síntomas son el dolor de cabeza,
mareos, náuseas y vómitos.
A partir de los 35 años, es importante tomar la presión del ojo cada 6 meses o cada
año. Si reducimos la presión del ojo en las primeras etapas del glaucoma, podemos
detener el progreso de la enfermedad y ayudar a proteger la visión.
A continuación, te explicamos qué exámenes oculares o pruebas oftalmológicas se
realizan con más frecuencia a los pacientes con glaucoma, ya sea para el diagnóstico
de la enfermedad o en controles periódicos de seguimiento.
La cirugía para el glaucoma se recomienda cuando los tratamientos convencionales,
como gotas o medicamentos, no logran controlar de manera efectiva la presión dentro
del ojo.
También se considera en casos de progresión rápida del glaucoma o pérdida
significativa de la visión. La cirugía tiene como objetivo mejorar el drenaje del líquido
ocular, reducir la presión y proteger el nervio óptico. No obstante, la decisión de
realizar esta intervención debe ser tomada por un oftalmólogo especializado, quien evaluará el tipo de glaucoma, la condición del paciente y los riesgos y beneficios asociados.
La trabeculectomía es la cirugía de drenaje de glaucoma denominada clásica. Este fue
el primer procedimiento quirúrgico que se empleó para tratar el glaucoma de ángulo
abierto y, actualmente, todavía sigue practicándose de forma muy extendida.
Se indica para reducir la presión intraocular en pacientes con glaucoma de ángulo
abierto o ángulo cerrado, cuando el tratamiento con fármacos hipotensores no es
suficiente y la enfermedad avanza.
En la operación de glaucoma con válvula Ahmed utilizamos un dispositivo artificial
para drenar el humor acuoso hacia el espacio subconjuntival a través de un tubo de
silicona que se encuentra unido a un plato.
En general los dispositivos valvulares se utilizan en glaucomas donde han fracasado
otros tipos de cirugías filtrantes o bien en algunos tipos de glaucoma donde se ha visto
que ofrece mejores resultados que otras técnicas quirúrgicas como en el glaucoma
neovascular o inflamatorio.
El dispositivo de drenaje de Ahmed, al ser valvulado, presenta un menor riesgo de
hipotonía profunda y aplanamiento de la cámara anterior en el postoperatorio
inmediato comparado con la trabeculectomía o con dispositivos de drenaje no
valvulados
Ciclofotocoagulación: Es un recurso quirúrgico que se aplica solo en aquellos
pacientes que no responden a otros tratamientos.
Para este procedimiento se emplea un láser que se aplica sobre la zona productora
del humor acuoso, denominada cuerpo ciliar, por fuera del ojo, con el objetivo de
conseguir una disminución en su producción y con ello, bajar la presión intraocular.
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