El desprendimiento de retina se produce cuando la capa sensible a la luz, ubicada en el interior del ojo, se desprende de su posición normal. Esto puede ocurrir por un desgarro o agujero en la retina, que permite que se acumule líquido detrás de ella. Si no se trata rápidamente, puede provocar una pérdida permanente de la visión.
Es importante buscar atención médica inmediatamente si se experimentan síntomas como destellos de luz, manchas flotantes o una cortina oscura en la visión. El desprendimiento de retina requiere cirugía para reparar la retina y restablecer la visión.
El diagnóstico de un desprendimiento de retina se realiza a través de una evaluación oftalmológica exhaustiva. El médico especialista lleva a cabo diversas pruebas para determinar la presencia y gravedad del desprendimiento.
Una parte fundamental de este proceso es el examen de fondo de ojo, donde se dilatan las pupilas para permitir una visualización amplia de la retina. El especialista utiliza instrumentos como el oftalmoscopio directo o indirecto para examinar detenidamente la retina en busca de signos de desprendimiento, como desgarros, pliegues o acumulación de líquido detrás de ella.
Además de este examen, se pueden realizar pruebas de imagen para obtener una evaluación más detallada. Por ejemplo, la tomografía de coherencia óptica (OCT) proporciona imágenes en la sección transversal de la retina, lo que ayuda a analizar las distintas capas de este tejido.
En algunos casos, también se puede realizar una angiografía. Esta prueba evalúa el flujo sanguíneo en la retina y permite detectar áreas de fuga o neovascularización.
La cirugía de retina es un procedimiento quirúrgico empleado para tratar problemas o lesiones en la retina ocular. Su propósito es reparar desgarros, agujeros o desprendimientos en esta área.
Durante la operación, el oftalmólogo utiliza técnicas especializadas para restaurar la posición adecuada de la retina y cerrar cualquier imperfección presente. El procedimiento generalmente se realiza de manera ambulatoria y puede requerir cuidados posteriores para garantizar una recuperación exitosa.
Existen varias técnicas utilizadas en la cirugía de retina para tratar afecciones o lesiones específicas:
Retinopexia neumática: Es una técnica quirúrgica empleada en la cirugía de retina para tratar el desprendimiento de retina. Consiste en la introducción de una burbuja de gas o aire en el ojo, con el fin de presionar la retina desprendida contra la parte posterior del ojo, permitiendo su correcta adhesión.
Vitrectomía: Es un procedimiento quirúrgico que implica la extracción del gel vítreo del ojo. Se utiliza en casos de desprendimiento de retina, tracción macular o hemorragias vítreas persistentes. Esta técnica facilita el acceso a la retina para tratar las anomalías subyacentes, como desgarros o membranas fibrosas.
Cerclaje escleral: También conocida como Bucle escleral, es una técnica en la cual se coloca una banda de silicona o escleral alrededor del ojo para comprimirlo y reducir la tracción en la retina. Esto contribuye a estabilizar la retina y prevenir el desprendimiento recurrente.