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Existen distintos tipos de cirugía refractiva y hoy hablaremos específicamente de la cirugía PRK o también llamada, queratectomía fotorrefractiva.
Su objetivo base es tratar defectos provocados por la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia.
Este proceso, inventado a principios de los años 80 (pero aprobado por la FDA en 1995), se enfoca principalmente en exponer el estroma corneal para usar el láser excimer y así lograr corregir la graduación del paciente.
Por ello, en este artículo profundizaremos en su concepto, destacando algunos puntos como los casos donde se emplea esta cirugía, cómo es la preparación y algunas de sus ventajas.
La cirugía PRK es el proceso operatorio que se realiza en los ojos con el objetivo de corregir problemas refractivos. Consiste en usar el láser excimer (el cual modifica la superficie de la córnea) para operar el estroma corneal (la zona más externa de la córnea).
Dicha técnica da la posibilidad de modificar la forma de la superficie del epitelio corneal sin llegar a levantar capas del tejido, como sí sucede con la técnica Lasik.
Gracias a ello, es posible adaptar la córnea para que la refracción de la luz sea la correcta, haciendo que el paciente vea de manera más clara.
A diferencia de la cirugía LASIK (otro popular procedimiento refractivo), en la PRK no se crea un colgajo corneal. En lugar de ello, se retira la capa más externa de la córnea, llamada epitelio, para exponer solo el área que será tratada con el láser.
Una vez que la córnea ha sido adecuadamente remodelada, el epitelio se regenera por sí solo en unos días. Esto elimina el riesgo de complicaciones asociadas con el colgajo, como el desplazamiento o la creación de pliegues.
Sin embargo, la recuperación después de la PRK puede ser un poco más lenta y, ocasionalmente, más incómoda en comparación con la cirugía LASIK.
A continuación, te mostraremos las principales diferencias entre ambos procedimientos:
Hay varias situaciones en donde este tipo de cirugía es recomendada, pero hoy, destacaremos 3 de ellas:
Una preparación adecuada para la cirugía ocular PRK significa tener en consideración estos puntos:
La cirugía PRK es un proceso indoloro y rápido. La cirugía consiste en retirar el epitelio superficial con una esponja o alguna herramienta delicada para, después, aplicar el láser excimer. Este proceso suele tener una duración aproximada de 3 a 4 minutos.
Luego, el especialista procede a colocar una lente de contacto protectora con el objetivo de minimizar molestias postoperatorias. Estos lentes son retirados a los 3 o 4 días luego de la operación.
Tras la cirugía, es normal experimentar alguna molestia o visión borrosa. Por ello, es importante seguir los cuidados postoperatorios de la cirugía PRK que indique tu oftalmólogo. Algunos de estos cuidados son:
Es recomendable evitar el consumo de alcohol las primeras 48 horas después del procedimiento, ya que puede afectar el proceso de cicatrización. Siempre sigue las indicaciones de tu médico al pie de la letra.
Recuerda que tu visión comenzará a mejorar gradualmente, pero esto puede tomar hasta un mes o más. Sin embargo, puedes realizar tus actividades habituales (ya sin gafas) a la espera de que tu visión incremente paulatinamente.
La mayoría de los pacientes que se someten a la cirugía PRK obtienen una visión 20/20. Aunque cada caso es único, los testimonios de cirugía PRK son en su mayoría positivos, con pacientes disfrutando de una visión clara sin necesidad de gafas o lentes de contacto.
Ahora que ya sabes más sobre la cirugía PRK y sus ventajas, es momento de conocer si eres apto para este procedimiento.
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