En Clínica Oftalmológica Futuro Visión creemos que la Consulta Oftalmológica es Clave para preservar la visión, por ello, la mejor práctica para mantener la salud visual es asistir a chequeos oftalmológicos y controles regulares, incluso si no existen molestias.
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Una Consulta Oftalmológica completa o integral va mucho más allá de revisar si necesitas gafas. Incluye una serie de pruebas que permiten evaluar la salud general de los ojos y detectar cualquier anomalía a tiempo. Normalmente, se comienza con la Evaluación de la Agudeza Visual, que mide qué tan bien ves de cerca y de lejos, mide la claridad de la visión, se realiza mediante pruebas con letras o símbolos a diferentes distancias, y se utiliza para detectar problemas visuales como miopía, hipermetropía o astigmatismo. Medida de Vista Computarizada, gracias al autorefractómetro de manera precisa y rápida podemos identificar el grado de miopía, hipermetropía o astigmatismo que podrías tener. Motilidad Ocular, evalúa los movimientos oculares en todas direcciones, utilizado para detectar anomalías en los músculos oculares que pueden provocar problemas de visión como estrabismo o parálisis ocular. Examen de Segmento Anterior, evalúa la parte frontal del ojo, incluyendo la córnea, el iris y el cristalino. Se utiliza para detectar problemas como cataratas, inflamaciones o enfermedades corneales. Examen del fondo de ojo mediante la dilatación pupilar, nos permite a los oftalmólogos observar la retina y detectar problemas como el desprendimiento o la degeneración macular. Por último, la medición de la presión intraocular es clave para detectar el glaucoma, una enfermedad silenciosa que puede causar ceguera si no se trata a tiempo.
Además, puede incluir pruebas de visión periférica y la evaluación de la coordinación ocular, entre otros exámenes oftalmológicos auxiliares de ser necesario.
La frecuencia de las revisiones oftalmológicas depende de diversos factores. En personas jóvenes y sin problemas visuales previos, sugerimos una revisión cada año. Sin embargo, en mayores de 40 años o personas con antecedentes familiares de enfermedades oculares como glaucoma, cataratas o degeneración macular, las revisiones, desde nuestro punto de vista, deben ser bianuales. Asimismo, quienes padecen enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión deben realizarse chequeos más frecuentes, ya que estas condiciones pueden afectar gravemente la salud ocular. Un diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones mayores, por lo que la periodicidad debe ajustarse a las características individuales de cada paciente.
Hay varios síntomas que no deben ser ignorados, ya que pueden ser indicativos de problemas oculares graves. La visión borrosa o la dificultad para enfocar objetos son señales comunes de problemas de refracción como miopía, hipermetropía o astigmatismo, pero también pueden ser síntoma de afecciones más serias. Si experimentas dolores de cabeza recurrentes, estos pueden estar relacionados con la fatiga ocular. Los destellos de luz o la aparición de sombras en el campo visual pueden ser indicativos de un desprendimiento de retina, que requiere atención inmediata. La pérdida súbita de la visión es una emergencia médica que puede estar relacionada con una obstrucción en los vasos sanguíneos oculares. Además, si experimentas enrojecimiento o molestias persistentes sin una causa aparente, es fundamental consultar al oftalmólogo para descartar infecciones oculares u otras condiciones inflamatorias.
Aunque a menudo se confunden, un oftalmólogo y un optometrista tienen roles muy diferentes en el cuidado ocular. El oftalmólogo es un médico especializado en la salud ocular, que ha completado una carrera de medicina y una especialización en oftalmología. Esto le permite diagnosticar y tratar enfermedades complejas de los ojos, realizar cirugías oculares y manejar patologías como cataratas, glaucoma, problemas retinianos, entre otros. Por otro lado, el optometrista está enfocado en la corrección visual, es decir, realizar exámenes de la vista y prescribir gafas o lentes de contacto. Aunque también puede detectar problemas oculares comunes, no está autorizado para realizar cirugías ni tratar enfermedades oculares complejas. En Clínica Oftalmológica Futuro Visión consideramos que el trabajo conjunto de oftalmólogos y optometristas juega un rol importante para tu salud visual, por ello contamos con un staff altamente calificado conformado por ambos profesionales para garantizarte lo mejor en salud ocular.
Sí, una de las pruebas más importantes dentro de una consulta oftalmológica es la detección de glaucoma, ya que esta enfermedad suele progresar de manera silenciosa y puede llevar a la ceguera sin que el paciente note síntomas evidentes. El glaucoma es causado por un aumento de la presión dentro del ojo, lo que daña el nervio óptico. Para detectarlo, se mide la presión intraocular utilizando un tonómetro, una prueba rápida e indolora. Además, el oftalmólogo revisará el aspecto del nervio óptico para detectar cualquier daño inicial. Si existen sospechas, se pueden realizar pruebas adicionales como la campimetría para evaluar la pérdida del campo visual o la paquimetría para medir el grosor de la córnea.
El principal indicio de que puedes necesitar gafas o un ajuste en tu graduación es la dificultad para ver claramente a distancias cercanas o lejanas. Si comienzas a forzar la vista, a entrecerrar los ojos para enfocar mejor, o sufres fatiga ocular tras realizar tareas visuales prolongadas, como leer o trabajar frente a una pantalla, es probable que necesites gafas o un ajuste en tu receta. Los dolores de cabeza frecuentes también son un síntoma común de que la visión no está funcionando de manera óptima, ya que el cerebro intenta compensar el esfuerzo que hacen los ojos para enfocar. Si notas cualquiera de estos síntomas, una consulta oftalmológica podrá determinar si es necesario recetar gafas o cambiar tu graduación actual.
Los niños, aunque no se quejen de problemas visuales, también deben someterse a revisiones oftalmológicas periódicas. Los problemas de visión en los niños a menudo pasan desapercibidos, ya que no siempre son capaces de expresar que algo está mal. Nosotros recomendamos que los niños tengan su primera revisión entre los 3 y 5 años, o incluso antes si existen antecedentes familiares de problemas oculares. Detectar a tiempo problemas como la ambliopía (ojo vago) o el estrabismo (ojos desalineados) es crucial, ya que si no se tratan durante la infancia pueden generar déficits visuales permanentes. Una revisión a tiempo puede prevenir problemas en el desarrollo escolar y mejorar la calidad de vida del niño.
Sí, es muy común que el uso prolongado de pantallas (ordenadores, smartphones, tablets) provoque sequedad ocular. Esto se debe a que cuando estamos concentrados en una pantalla, parpadeamos menos, lo que disminuye la lubricación natural de los ojos. Además, factores como el aire acondicionado, el uso de lentes de contacto o trabajar en ambientes secos pueden empeorar la situación. Para mitigar este problema, es importante seguir la regla 20-20-20: cada 20 minutos, tomar un descanso de 20 segundos y mirar algo a 20 pies (6 metros) de distancia. También es recomendable el uso de lágrimas artificiales, siempre y cuando estén prescritas, para mantener los ojos hidratados y ajustar la posición de la pantalla para evitar la fatiga visual.
Es esencial realizar chequeos oftalmológicos periódicos, incluso si no tienes molestias visibles. Como ya hemos mencionado anteriormente, la clave para preservar la visión y mantener una buena salud ocular es asistir a estas revisiones.
Estas consultas permiten detectar problemas oculares de forma temprana, prevenir complicaciones serias, corregir errores refractivos y monitorear cualquier cambio en la visión. Además, el oftalmólogo evalúa la salud general de tus ojos y ofrece consejos para su cuidado adecuado. Tomar la iniciativa de programar estas revisiones es una excelente manera de garantizar una visión óptima a lo largo del tiempo.